Ciclo de conferencias: TRIBUNA CARLOS III
«La Sociedad Económica Extremeña y el Trienio Liberal»

Dentro del ciclo de conferencias que la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Badajoz impartirá en este curso, esta en particular se centra en las vicisitudes que la sociedad extremeña tuvo que soportar durante el período que abarca el trienio liberal(1820-1823) y las consecuencias en el primer tercio del siglo 19.
Los hechos convulsos que sacudieron a España desde principios del siglo 19 y que desembocaron el la guerra de la independencia contra Francia, produjo enormes cambios económicos, políticos y humanos. El tratado de Valencia, el regreso de Fernando VII, la restauración del absolutismo, el trienio liberal, la década ominosa, etc…
Cambios que desencadenaron los principios que regirían la vida y la economía de España casi hasta fin de siglo.
Las medidas que se adoptaron iban encaminadas a cimentar un sistema de libertades políticas: supresión de la Inquisición, libertad de presos políticos, vuelta a sus cargos a las autoridades constitucionales en Ayuntamientos y otras instituciones, convocatoria de elecciones a Cortes y creación de la Milicia Nacional. Medidas que intentaban solucionar los graves problemas del país con los instrumentos del liberalismo.
Después de los conflictos provocados por la restauración del absolutismo, finalmente se produjo el pronunciamiento liberal. El 1 de enero de 1820, el coronel Rafael de Riego, al frente de una compañía de soldados acantonados en la localidad de Cabezas de San Juan (Sevilla), pendientes de embarcar para reprimir el secesionismo de las colonias americanas, se sublevó y recorrió Andalucía proclamando la Constitución de 1812. La pasividad del Ejército, la acción de los liberales en las principales ciudades y la neutralidad de los campesinos obligaron al rey Fernando VII a aceptar la Constitución de 1812.

La escasa duración del Trienio Liberal (1820-1823) apenas permitió avanzar las reformas, si bien los liberales desarrollaran una política claramente anticlerical: abolición del diezmo, supresión de la Inquisición, desamortización de los bienes de las órdenes religiosas…
Asimismo, impulsaron la liberalización de la industria y el comercio, con la eliminación de las trabas a la libre circulación de mercancías (puertos secos ), tratando de favorecer el crecimiento económico de la burguesía.
Por último iniciaron la modernización política y administrativa del país siguiendo el modelo aprobado en Cádiz. Formalizaron ayuntamientos y diputaciones electivos, y se reconstruyó la Milicia Nacional como cuerpo armado voluntario, con el fin de garantizar el orden y las reformas constitucionales.

Todas estas reformas suscitaron rápidamente la oposición de la monarquía. Fernando VII había aceptado el nuevo régimen forzado por las circunstancias y, desde el primer momento, paralizó cuantas leyes pudo, recurriendo al derecho de veto que le otorgaba la Constitución.
Además conspiró contra el gobierno y buscó la ayuda de la Santa Alianza para recuperar su poder.
En 1815 las grandes potencias absolutistas (Prusia, Austria, Rusia y la Francia de Luis XVIII), reunidas en el Congreso de Viena y coaligadas en la Santa Alianza, se habían comprometido a intervenir ante cualquier amenaza liberal que surgiera en Europa. En abril de 1823 un ejército francés, al mando del Duque de Angulema, conocido como los “Cien Mil Hijos de San Luis”, conquistó fácilmente el país y repuso como monarca absolutista a Fernando VII.

El desastroso reinado de Fernando VII, los conflictos en la sucesión del trono, y los problemas ocasionados por el enfrentamiento entre liberales y absolutistas durante la represión de la década ominosa desemboca en la primera de las guerras carlistas. Hundiendo al país todavía más si cabe.