Los Montpensier y la Real Sociedad Económica Sevillana de Amigos del País 3ªparte

A pesar del fomento generalizado de las tradiciones locales, fue especialmente destacable la implicación de los duques en las tradiciones religiosas de la ciudad.

Fueron Hermanos Mayores Honorarios de las cofradías de la Soledad de El Puerto de Santa Mª y de la Virgen de Montserrat Sevillana, donaron sayas y mantos para diversas imágines de la ciudad, destacando el manto donado para la Hermandad de San Isidoro. También mantuvieron una estrecha vinculación con la Hermandad de La Carretería, siendo recibidos en 1849 como Hermanos Mayores Perpetuos protectores de la hermandad durante varios años.

Siete años más tarde, don Antonio de Orleáns, acompañó a la cofradía en su estación de penitencia el Viernes Santo, junto con las Milicias Nacionales que por entonces estaban en la ciudad y con las autoridades civiles y militares de la misma.

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Limosna a la salida de la iglesia.1780 Romero López, Jose María.

Además, los duques, anualmente, estaban presentes en la Romería del Rocío, lo que los llevó a comprar fincas en Villamanrique, también el viejo palacio de la familia que dio nombre a la población y que se acabó convirtiendo en la estación peregrina anterior a la del Coto del Rey.

Don Antonio María de Orleans, Duque de Montpensier, acudió por vez primera a la función de Pentecostés el lunes 9 de junio del año 1851. En aquella ocasión inaugural, no fue acompañado de su esposa debido al avanzado estado de gestación de su segunda hija, siguiendo la misa desde un trono elevado sobre una tribuna decorada por un dosel de gusto aristocrático ubicada muy cerca del presbiterio.

Los años posteriores sí se contó con la presencia de la infanta María Luisa Fernanda, una mujer eminentemente piadosa que mostró siempre bastante inquietud por ayudar a los humildes y que se sentía especialmente confortada participando en actos de culto.

Otro aspecto a tener en cuenta, dentro de la defensa por parte de Montpensier de los valores tradicionales, es su labor de restauración de monumentos, tanto religiosos como civiles, pero siempre con alguna vinculación histórica importante.

Don Antonio de Orleáns, duque de Montpensier, participó en las restauraciones de la ermita de Valme en Dos Hermanas, el llamado Castillo de Hernán Cortés en Castilleja de la Cuesta, el convento de la Rábida en Huelva y el de Nuestra Señora de Regla en Chipiona (Cádiz), pero además contribuyó generosamente a otras restauraciones como las de la Iglesia del Salvador o Monumento Pascual de la Catedral de Sevilla8, reactivando así las procesiones litúrgicas, como se puede apreciar en los detalles del cuadro de Cabral y Aguado Bejarano, La procesión del Corpus en Sevilla (1857).

El caso de la ermita de Valme resulta significativo debido a que el interés del Duque de Montpensier surgió a raíz de la publicación de la novela «La familia de Albareda» de su amiga, la escritora costumbrista, Cecilia Böhl de Faber y Ruiz de Larrea – Fernán Caballero-, en la que recogía la leyenda de la intervención mariana en favor a las tropas de Fernando III, – Valme es contracción de «Valedme» – , cuando a punto de perecer su ejército por la sed, hizo surgir milagrosamente una fuente en el Cerro de Buenavista, junto a Dos Hermanas.

La novela se publicó en 1856 y Fernán Caballero envió al precepto del Duque de Montpensier, Antoine de Latour, un ejemplar. Al poco tiempo, Montpensier y Latour, hicieron una visita al lugar encontrando una ermita en ruinas y sus imágenes y objetos litúrgicos trasladados a la iglesia del pueblo, destacando el estandarte de Fernando III hecho jirones.

Conclusiones

¿Realmente fue tan importante la labor de los duques de Montpensier?

Indudablemente, la presencia de la familia en la ciudad sirvió como impulso para su salida a flote. Recordemos que Sevilla se encontraba en tremenda decadencia, habiendo perdido su hegemonía pasada debido a las sacudidas históricas.

Los duques vieron en esa decadencia una gran ciudad y con la formación de la pequeña corte, llegaron nuevos turistas, atraídos por su costumbrismo y orientalismo, así como de una nueva élite europea, reactivando las festividades y la vida social de la ciudad, adaptada a las ideas europeas, pero aún celosa guardiana de sus tradiciones.

A lo largo de estas páginas queda claro que fueron personas comprometidas con su tiempo, preocupados por la sociedad y adelantados a su época. Quedan muchos reconocimientos a sus figuras, como su papel como mecenas, su labor de coleccionista y sus medidas de conservación en la ciudad. Además de ser pioneros en el apoyo a la fotografía, trajeron las grandes novedades de Europa a su pequeña corte, incluyendo la moda europea.

Lo cierto es que, si el matrimonio en sí se ha visto maltratado por la historia, la figura de Mª Luisa Fernanda ha desaparecido casi en su totalidad, manteniéndose siempre a la sombra de su marido y de su hermana, a pesar de haber sido todo un icono social y muy querida por el pueblo, por el cual se desvivió con una admirable acción social y acabó donando casi la totalidad de su patrimonio. Podemos afirmar, que los duques realmente apostaron por Andalucía y su pueblo, convirtiéndola en un peculiar cacique en el que invirtieron. Sin olvidar el papel de la ya asentada Real Sociedad Económica Sevillana Amigos del País, que le brindó la oportunidad de adentrarse en la sociedad sevillana.

Anotaciones

8 La lista de benefactores a este fin la iniciaban Montpensier, con 6.000 reales, la reina María Amelia con 4.000 reales y los príncipes de Joinville con 2.000 reales. El Porvenir, 10 de mayo de 1845.

Bibliografía

Lleó Cañal, V., & González Barberán, V. (1997). La Sevilla de los Montpensier:

segunda Corte de España. Fundación Fondo de Cultura de Sevilla.

Márquez, T. F. (1990). El legado de Montpensier al Ayuntamiento de Sevilla. Laboratorio de Arte: Revista del Departamento de Historia del Arte, (3), 209-220.

Ruiz Carmona, M (2014). Los Duques de Montpensier: esos desconocidos. Una necesaria reivindicación. GARGORIS: Revista de Historia y Arqueología del Bajo Guadalquivir, (6), 2-9.

Fondos privados y archivísticos de la Real Sociedad Económica Sevillana de Amigos del País.

Anexo

Doc. 1. Páginas de listados de socios por antigüedad dónde 210 y 211 pertenecen a los Duques de Montpensier como socios de Mérito e inscritos el 25 de octubre de 1848.

Doc. 2. Fundamento de Constitución de la RSESAP. 15 de abril de 1775.

Doc. 3. Catálogo de los individuos que componen la económica 1853. Siglo XIX. Archivo. Caja

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Doc. 4. Libro de socios de Junta Pública sesión del 25 de octubre de 1848. RSESAP.

Diploma que la RSESAP concedió al Duque de Montpensier en 1848. Colección descendientes Infantes Duques de Montpensier.

Anexo

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